La obra Balloon Venus (2008) de Jeff Koons es
una escultura exenta en acero pulido de grandes dimensiones, esta viene en
cinco versiones: magenta, rojo, violeta, amarillo y naranja. Capri Rosenberg
describe la obra como “un monumento pulido de acero que refleja el narcisismo y
la frivolidad de una amnesia colectiva motivada por la ganancia” [1], la obra
es un homenaje de 25 millones de dólares a lo banal. Coincido con Rosenberg,
cuando nos referimos al Koons que realiza la producción masiva de las venus para
Dom Perignon.
Aunque la propuesta plástica de
Koons puede parecer irónica, cínica y fría, nos recuerda a las características
culturales de nuestros tiempos: frivolidad, vacío, idolatría materialista por
las marcas, lo brilloso, consumismo, capitalismo, excesos y artificialidad. La
pregunta es: ¿Por qué en una venus? Para mi sorpresa, Koons escoge la figura de
la Venus de Willendorf como inspiración para ser la primera pieza de su serie Antiquity por motivos muy distintos a los imaginados. La Balloon Venus de
Koons presenta un bulto en el abdomen que indica que está embarazada, Koons
menciona en una entrevista que su Balloon Venus fue una creación en honor a
su esposa, quién se encontraba embarazada de su octavo hijo en el momento. Su intención fue elegir un icono que
celebrara a la mujer, creadora de vida con sus características físicas de
fertilidad; lo femenino en toda su opulencia.
[1]
((Rosenberg, 2011)