Agatha Ruiz de la Prada
Centro Cultural España  CCEMX

Ágata Ruiz de la Prada XII Marquesa de Castelldosriusn y XXIX Baronesa de Santa Pau.
Española, de 52 años. Su primer desfile vio la luz cuando ella tenía 21. Estudió en la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda en Barcelona, España.
Al seguir su obra, pronto descubres que adora lo que ella llama la “ropa feliz”. No verás negros o grises dentro de sus colecciones, misma cosa que le ha dado una estética completa y un estilo innegable. Alegre, vivo, conceptual- ilustrativo, juguetón, divertido, fantasioso, futurista y Katy Perry son solo términos (y un nombre) a los que remonta su exposición, es un carnaval de colores y formas donde queda claro que no tiene problema para llevar su concepto al proyecto. Ya que en los mismos bocetos que acompañan a cada vestimenta identificas donde nació la prenda. De ese pequeño dibujo que bien pudo pasar por un garabato lleno de inocencia y creatividad (y de excelente técnica) de una niña pequeña o claro la eminente Ágata. Así que del concepto al proyecto no hay un solo detalle negativo. De lo estético de su obra, es evidente su estilo. Lleno de colores, formas, brillos… de tiempo y concepto. Es divertido pararse frente a sus creaciones e imaginar el proceso de su elaboración, es hasta gratificante como diseñadora en progreso, ver algo tan… lindo. Sé bien que la moda no es un espectáculo, es un reflejo de la sociedad, sirve a una actividad funcional y responde a la época que se vive, pero después de esta exposición quedo con una grata sensación de que la moda como arte juega con la realidad. Y por un momento, esa fantasía inalcanzable te devora y la sientes amigable. Supongo que es el genio de la creadora tras este mensaje. En su parte técnica, utiliza distintos materiales que responden perfecto a su discurso visual, algodón, falla de seda, seda laminada, terciopelo, poliamida, esferas, retazos, lentejuelas. Varios de estos diseños son poco viables para alta producción por sus dimensiones y detalles. (También porque no es algo que se llegue a usar en cualquier lugar y pocos realmente podrían utilizarlo), donde entra también lo socio-económico. Pero investigando en su tienda online, los precios son más bien accesibles pudiendo comprar una sudadera muy representativa de su marca a $ 1’701.3 o una sombrilla a $ 544.4. Son pequeños ejemplos, pero si existe el acceso a su firma a cualquier nivel socioeconómico.
Volviendo a la exposición. Estas indumentarias parecieran en su mayoría grandes accesorios, mas Ágata pregona  que la moda debe ser cómoda, y de vistazo rápido, la mayor parte de sus diseños no agreden la vida sencilla de un baile o caminata, al igual que en sus diseños pret a porter.

Me cuesta trabajo no ver la exposición como un espectáculo, aun estado consciente de que la moda no lo es, pero, no veo lo malo de poder encontrar un discurso estético y valorarlo a la altura del arte, como la expresión cultural o anímica. Esta exposición permite ver lo que explota en la mente de esta gran artista, las ideas que tiene, y en su colección de uso más común se lee la síntesis de esa misma creatividad extremada a un objeto de uso más común. Así que tiene modalidades de producción, un trabajo conceptual excelente y llevado a lo proyectual con gracia. La estética es clara, la técnica es cuidadosa y en lo socioeconómico es accesible. 




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