El Surrealismo de Salvador Dalí y su relación con el psicoanálisis.




Las imágenes corresponden a esculturas de Salvador Dalí expuestas en el Museo Soumaya , Ciudad de México.

El Método paranoico-crítico frente a otras formas de estrategia surrealista.
El arte contemporáneo con referencia a la psicología.
Salvador Dalí analiza los mecanismos internos de los fenómenos paranoicos y se plantea la posibilidad de un método basado en el poder repentino de las asociaciones sistemáticas propias de la paranoia.
El método paranoico-crítico es una actividad espontanea de conocimiento irracional, basada en la asociación interpretativa-crítica de los fenómenos delirantes.[1] La presencia de los elementos activos y sistemáticos propios de la paranoia garantiza el carácter evolutivo y productivo propio de la actividad paranoico-crítica. La actividad paranoico-crítica no considera de forma aislada los fenómenos y las imágenes surrealistas, sino que los considera incluidos en un conjunto coherente de relaciones sistemáticas y significativas.
Según la teoría clásica el delirio paranoico es una consecuencia de un error de juicio frente a la realidad y por lo tanto de una interpretación falsa.
Para Lacan, psicoanalista contemporáneo, cree que el origen de la paranoia está en una alucinación.[2] La interpretación y el delirio no son dos momentos consecutivos sino coincidentes. Dalí  tiene acuerdos con Lacan en: 1.- el origen alucinatorio y la coincidencia entre interpretación y delirio, 2. La potencia creativa de la paranoia, 3. La concreción en formas estructurales repetitivas.
Estas dos acepciones delirio y alucinación pareciera que son lo mismo más daremos a continuación algunos datos ilustrativos.
Una alucinación es una percepción que tiene una persona sin que haya un estímulo físico presente, y quien la padece considera esta percepción como real. Esta persona no es consciente de que no existe tal estímulo.
Las alucinaciones pueden ser: Visuales, cuando se ve algo que no está ahí; Olfativas oler sin que haya nada  que desprenda tal olor; Táctiles,  Sentir el contacto de presión, temperatura sin que exista algo físico; Auditivas, escuchar voces, o ruidos que la persona dice que provienen de fuera o de su propia cabeza; Gustativas, la persona manifiesta el sabor por algo que no tiene  en su boca.
El Delirio es una creencia falsa, extravagante, o derivada de un engaño, en donde esta creencia es rígida e incuestionable y no tiene ninguna base física demostrable. La certeza reside en convicciones seguras, que tiene la persona  por lo que es irrefutable, por muchas pruebas físicas o de la experiencia que se le presenten.  Hay muchos tipos de delirios, pero los dos más generalizados son los Delirios maniacos o de grandeza  en donde la persona cree ser alguien muy importante e influyente dentro de la sociedad, con una misión o un plan trazado y que debe seguir para conseguir un bien mayor.  
Delirio persecutorio en donde la persona cree ser vigilada, observada y que el resto de las personas hablan de él como si quisieran desearle un mal.  Esta clase de delirios se presentan principalmente en personas con brotes psicóticos o son manifestaciones de esquizofrenia.
Después de todo lo expuesto, ¿Podremos considerarnos exentos de delirios? Cómo dice el refrán de médico, poeta y loco, todos tenemos un poco.






[1] El origen de la palabra delirio deriva del término latino” delirare” que significa salirse del surco labrado, lo que significa en el pensamiento “pensar saliéndose del surco normal”.
Jaspers en su libro Psicopatología general de 1975 nos dice que los delirios son juicios falsos que se caracterizan porque el individuo los mantiene con gran convicción que no son influenciables ni por la experiencia ni por  conclusiones irrefutables y que además  su contenido es imposible.

[2] Alucinación: es la percepción de una imagen, un objeto o un estímulo exterior inexistente que son considerados como reales. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.