Si bien el régimen político a cambiado, las obras se han conservado pues se trata de un real legado artístico de los moscovitas y, tal vez también, porque Rusia siempre se ha sentido un país con vocación imperial y por ello le viene bien todo aquello que refuerce esa impresión.
El metro presta una gran funcionalidad al trasporte de la ciudad pues abarca casi 230 kilómetros y cuenta con 12 lineas, incluida una que se mueve circularmente conectando a las otras 11, algunas de sus partes alcanzan gran profundidad pues en su concepción se consideró también la posibilidad de una guerra nuclear durante la guerra fría.
Dintel de la entrada de una de las estaciones del Metro
Escaleras de acceso a una estación.
Jóvenes rindidendo reconocimiento a soldados de la URSS. Piedras esmaltadas
Escudo de la Unión Soviética.. Piedras esmaltadas.
Niños con su maestra. Piedras esmaltadas.
Mosaico en la estación Novoslodskaya
Estatua de Lenin
Vista de un corredor entre dos andenes.
Imagen de Lenin durante la revolución Rusa.
Arribo del tren subterráneo a una estación.
Estatua de la estación Plaza Revolución
Estatua de la estación Plaza Revolución
Estatua de soldado de la estación Plaza Revolución. Es tradición tocar la estatua lo que le ha generado algunos desgastes.
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