La danza de los viejitos. Una mirada al arte tradicional de Michoacán



Arte Tradicional de Michoacán





Historia

La original danza de los viejitos tiene su origen en tiempos inmemorables, en el Sur del Continente Americano, en la región de los andes desde donde se cree, emigraron los p'urhépecha, actualmente los Quechuas y los Aimaráes, danzan para lograr la lluvia y para lograr las cosechas, así como para sanar un enfermo, danzan cuatro chamanes.  
Cuatro son los componentes de la danza de los viejitos, pues cuatro son las estaciones del año, cuatro son los rumbos del Universo, Norte, Sur, Este y Oeste, cuatro son los lados de una casa, cuatro son las extremidades del ser humano y cuatro son los elementos que conforman el cosmos tierra, fuego, aire y agua y cuatro son los colores básicos, negro, rojo, amarillo y azul, que combinados uno con otro nos dan toda la gama de colores que existen, y cuatro son las estrellas de la constelación que guiaban a los marinos en la antigüedad y que, equivalen a los cuatro planetas conocidos como estrellas que se observaban a simple vista, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno (Tam - Hoscua) y cuatro son los colores del maíz, rojo, azul, blanco y amarillo.

Significado 

La danza o baile de los viejitos tiene un origen y sentido completamente ritual y religioso, pues se llevaba a cabo, cada cambio de estación, es decir cada solsticio y cada equinoccio y se ejecutaba en honor del dios viejo Tata Huriata y siempre eran cuatro los danzantes, originalmente uno de los danzantes era representado por una mascara de niño o joven, pues era la estación naciente, y las otras tres estaciones eran representadas con mascaras de viejos, que correspondían a las otras tres estaciones ya pasadas y si se fijan bien, cuando se ejecutan bien se enlazan los cuatro danzantes, el primero le pone mucha, pero mucha energía a su danza y en contraparte el último de la fila aparenta que ya no puede, que esta dando las últimas y ello corresponde a la estación entrante y a la saliente.

Vestimenta

En esta danza, ejecutada con un fino sentido de humor, los danzantes van ataviados con el traje peculiar de los campesinos de esa zona, que consiste en camisa de manta blanca y calzones del mismo material con la parte baja finamente bordada; llevan máscaras de pasta de caña de maíz, madera o barro con facciones sonrientes de ancianos desdentados pero, con el color de la piel rozagante y sonrozado de la juventud.


Pasos de Baile

Al danzar, sus movimientos de viejos achacosos y encorvados se transforman de pronto en alarde de vigor y agilidad, en estruendosos zapateados que constrastan con ataques de tos, temblores que provocan caídas y jocosos intentos de sus compañeros por revivir al accidentado. Con estas mismas características existía desde antes de la conquista.

Los viejos de la Sierra Tarasca son solemnes y espléndidos y se comportan con dignidad. Sus danzas pueden durar horas sin que haya indicios de fatiga en los participantes que son de todas edades. Se les considera personas serias cuyo comportamiento contrasta con el de los payasos que les acompañan y se burlan continuamente de ellos.

Los danzantes usualmente hacen votos para danzar toda su vida a  la Virgen de la Inmaculada Concepción después de pedirle que les restablezca la salud o para tener éxito  en algunos negocios o un viaje. Los niños danzan porque sus padres han hecho los votos en su nombre.

Las máscaras de los viejos son por lo general de rostros dulces y tiernos; se dice que deben parecer "gente decente y humilde".

En el pueblo de San Juan Parangaricutiro, cerca de Uruapan, los viejos aparecen por primera vez en la Noche Buena. Al terminar la Misa de Gracia, el grupo de danzantes (unas tres o cuatro docenas) entra en la iglesia y se arrodilla frente a la imagen del Santo Niño.

Despues de la misa, los viejos danzan en el atrio de la iglesia y van a la casa de uno de los cuatro mayordomos, donde vuelven a danzar y se les sirve una comida consistente en pozole, atole y buñuelos. Los viejos regresan a sus casas y ahí permanecen hasta la 10 de la mañana, cuando salen para un desayuno de chocolate caliente y pan dulce en casa de uno de los cargueros anteriores.

Danzan nuevamente, esta ves frente a la iglesia, en el atrio, en la casa del sacerdote y frente a los edificios municipales. Generalmente el presidente municipal los invita a la sala de recepción donde les ofrece ron y cigarros.

De ahí se dirigen hacia el oeste del pueblo hasta el patio de la capilla del hospital, donde se guarda la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción, y vuelven a danzar. El resto del día danzan en las casas de los cargueros antiguos y actuales.

Un conjunto musical pagado por los cuatro cargueros les acompaña. Reciben una cena con aguardiente, consomé de res y col (churipo), tamales de masa de maíz triangulares (kurundas) y pollo con mole (hecho con chocolate, pepitas de calabaza y chile), servida en la casa de alguno de cargueros del Santo Niño. Al terminar la cena se danza otra vez y se trasladan a las casas de los otros cargueros hasta las cinco de la tarde, cuando regresan a sus casas.

En la mañana del día 26, los danzantes continúan la danza de casa en casa hasta la hora de la cena, que toman en casa de un carguero; entonces, la banda inicia la música.

Los viejos forman dos filas cara a cara y ejecutan un zapateado. Una pareja enmascarada es la que guía el baile; el abuelo (Varepiti) y la Maranguilla o Maringuía, representada por un hombre, baila entre las dos filas. La Maringuilla da pasos muy cortos y muestra un cinto tejido a mano. También los acompaña un grupo de payasos conocidos como los feos.

Los feos imitan la Danza y pronto cambian a bailes de estilo moderno y giran exageradamente. La mujer de los feos lleva un lazo entre las manos. Los feos se burlan todo el tiempo de los viejos y los imitan burdamente, están vestidos con harapos a diferencia de la espléndida ropa de los viejos. El contraste es evidente; los viejos son decorosos , los feos son extravagantes; mientras los primeros son reverentes, los segundos son blasfemos. 

A estos payasos también les acompaña una pareja "paternal"; el Abuelo Feo (T'arapiti Feo) y la mujer de los feos. El Abuelo feo contrasta con el Abuelo en su comportamiento presuntuoso, tiene un andar pesado; de igual forma, las desenfrenadas propuestas sexuales de la mujer de los feos contrastan con el comportamiento casto de la Maringuilla.

Ningún miembro del grupo de los viejos presta atención a los espectadores. Por su parte, los feos responden con agudeza a la presencia del público interactuando continuamente con él.

Generalmente el acompañamiento es con instrumentos de cuerda, en particular violines.


Recuperado de: http://pasosdebailevideos.blogspot.com/2009/09/danza-de-los-viejitos.html el 4 de febrero de 2018

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