Las flores del mal de Beaudelaire, contrastan con las flores del bien de Monet, aunque son relativamente contemporáneos, uno con las palabras nos propone la desesperanza y el otro con colores nos participa del amor.
Mientras uno después de la Revolución Francesa se enfoca en el arte como anti-naturaleza, el
otro se concentra en la naturaleza misma; uno lo sombrió y el otro lo colorido,
Son dos formas de vivir, una corta y opaca, y la otra larga y luminosa; al final estos contrastes están latentes en todo ser humano, nos corresponde elegir, y hacer de nuestro peregrinaje una serie de palabras y pinceladas que nos llevaremos a la eternidad.
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