El arte científico de Leonardo
Para Leonardo da Vinci, toda ciencia es aquella que busca
sus principios últimos en la mente, estos principios últimos, son siempre
principios que no surgen temporalmente, sino que son eternos y verdaderos
siempre; la pintura, en tanto que es matemática, ya que parte de la noción de
punto, así como de las nociones de líneas y de demostraciones de perspectiva,
es que también es una ciencia.
El principio de esta ciencia, debido a que ya
determinamos que la ciencia debe de tener un principio base, es, en primer
lugar, la superficie plana que se encuentra en simulacro con toda otra
superficie plana que es encuentre frente a ella; en segundo lugar, la sombra a
partir de la cual se puede decir que entrega volumen a los cuerpos y los emula
de la mejor forma posible.
A partir de la construcción de las líneas de los cuerpos,
es decir, de la creación de los dibujos, así como de la difuminación de los
colores y la pérdida de la determinación de los cuerpos, es que podemos dar
cuenta del por qué la pintura es la madre de la perspectiva; justamente, es en
ésta, que podemos hablar de la proporción, la proximidad o lejanía y de las
figuras.
La pintura no es una ciencia cualquiera, sino que es una
ciencia científica, parece redundante, pero sólo puede ser una ciencia
científica ya que este tipo de ciencias sólo pueden surgir de la mente y
permanecer en la mente, mientras que existen ciencias que son tanto mecánicas
como semimecánicas, ya que nacen de la experiencia o porque nace de la ciencia,
pero culmina en una operación manual.
Siguiendo su propia tradición, para da Vinci, la vista es
el sentido más útil y más bello, de tal naturaleza que por ello la pintura sea
mucho más útil y bella que toda arte del lenguaje, ya que éstas sólo permiten
comunicar, pero a las personas que son capaces de entender la lengua en la que
la comunicación está dada, por ello, “las ciencias de las palabras están
muertas en cuanto nacen, a excepción de su parte manual, la escritura, que es
parte mecánica.” (P. 38)
La pintura, por su parte, es una ciencia mecánica
también, en tanto la reproducción, y es, además, una ciencia comunicable para
todos los individuos, ya que todo individuo es capaz de entenderla, no importa
el lenguaje que se hable, la imagen siempre contendrá un valor de verdad
universal y absoluta.
Además, la pintura es una ciencia imitable pero sólo para
aquellos que fueron dotados con esa capacidad, del mismo modo que la filosofía,
también trata del movimiento, así como de la esteticidad de los objetos de la
naturaleza; la filosofía, por su parte, sólo se queda con verdades
insatisfechas, mientras que la pintura logra abrazar a la verdad mientras imite
perfectamente a la naturaleza y su verdad.
De todo lo anterior se deriva que el sentido óptimo del
ser humano es la vista, por lo que el ojo es la parte del cuerpo que más se
necesita y que menos se puede perder.
Da Vinci parte de su concepción cientificista para poder
dar cuenta de la pintura, sin embargo, se le escapa el pensar que el lenguaje
y, de él, la filosofía, son los elementos que constituyen y abarcan a la
naturaleza de la mejor forma; sólo podemos dar cuenta del mundo a través del
lenguaje, de la misma forma de la pintura, ya que sólo a partir del lenguaje es
que se puede explicar.
Bibliografía
Da
Vinci, Leonardo. Tratado de pintura. México:
Ramójn Llaca y Cía., 1996.
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