Recientemente, tuve la oportunidad de visitar
la colección Frick. En la mansión neoyorkina de Henry Clay Frick, magnate del
acero, cuenta con obras de distintas corrientes artísticas y artistas de muy
diversas nacionalidades.
La colección está compuesta principalmente por
retratos, como el de Tomás Moro por Hans Holbein el Joven; y paisajes, como los
de J.M.W. Turner.
Harbor of Dieppe, JMW Turner |
Thomas Moore, Holbein |
La colección está formada por varias obras de
pintores neerlandeses como Vermeer, van Eyck y Rembrandt. También están obras de pintores españoles como
“La fragua” de Goya y varios retratos de Velázquez. Hay obras de El Greco,
Gainsborough, Tiziano, Ingres y Murillo. Casi al final del recorrido, que cada visitante
hace como desea, uno puede ver obras como “La clase de danza” de Degas y una
litografía de Manet de la ejecución de Maximiliano. La exhibición temporal era
de Zurbarán: Jacob y sus doce hijos.
La joven de la perla, Vermeer |
La clase de danza, Degas |
Jacob y sus doce hijos, Zurbarán |
El museo tiene la decoración original: pisos de
madera, grandes alfombras persas, piezas de porcelana y muebles de colección
que pertenecieron a la familia Frick. Al centro del museo, hay un patio con
una fuente, en donde la gente se sienta a leer y descansar, o en mi
caso, a resguardarse del frío.
La visita es interesante, en especial por la
cantidad de pintura neerlandesa que se puede ver, además de que es un tanto
ecléctica, ya que no hay una preferencia marcada en cuanto a obras o artistas. La
visita es algo cara para la poca cantidad de salas que visitar, sin embargo, si
uno está ahí y ya visitó los demás museos, ésta es otra recomendación.
(*No se permiten las fotos dentro de las galerías, únicamente en el patio y las escaleras)
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