El
Museo de Orsay
Revista Atticus
Revista Atticus
La ciudad de Paris es sin
duda un museo al aire libre, pero a su vez, consta de una gran cantidad de
museos dignos de conocer. El museo del Louvre es el museo principal, además le
da cierto grado de identidad a la bella ciudad. Sin embargo, el museo de Orsay
no se queda atrás; cuenta con una rica colección de obras que vale la pena ir a
admirar.
En 1973, la Dirección de
Museos de Francia tenía en perspectiva el establecimiento de un museo, en el
cual se alojarían todas las obras de la segunda mitad del siglo XIX, sirviendo
como puente entre las colecciones clásicas del arte expuestas en el Museo del
Louvre y las colecciones modernas del Pompiduo. El museo de Orsay abrió sus
puertas el 1 de diciembre de 1986. Una gran cantidad de obras se encuentran
dispuestas a lo largo de la gran nave central, un espacio que recibe la luz de
forma natural procedente de la gran cúpula que cubre el edificio.
Existe una gran cantidad de
temas a abordar en torno a este museo y las obras que alberga, por lo cual
quisiera recomendar la revista llamada: Atticus,
la cual publica continuamente artículos en torno al museo: su historia; la
historia de sus pinturas; la historia de sus esculturas; información de obras
especificas; información de autores específicos; entre otros. Para mayor
información dejo el link al sitio web:
http://revistaatticus.es/old/Revistas/Museo_de_Orsay.pdf
En él están varias de las
obras vistas en clase de Arte Contemporáneo, como lo son: “El entierro de
Ornans” (1849) y “El taller del pintor” (1855) de Courbert; “EL Ángelus” (1858)
de Millet; “El desayuno en la hierba” (1863) y “Olympia” (1863) de Manet; “Les
coquelicots” (1873), “La estación de Saint-Lazare” (1877) de Monet; y muchas
más de artistas como: Sisley, Pizarro, Degas, Renoir, entre otros.
En esta ocasión, nos
interesa describir brevemente el papel que tuvieron las mujeres en ese momento
de revolución artística, ya que hoy en día la presencia de la mujer artista es
igual de importante que la del hombre, aunque sabemos que no siempre fue así.
No es hasta la Alta Edad Media cuando se dio una obra de arte firmada por una
mujer, y en el siglo XV la pintora italiana Artemisia Gentileschi destacó entre
sus contemporáneos. Existió la presencia de la mujer en el movimiento
impresionista, pero por mucho tiempo fue casi ignorada por los críticos del
arte y no todos los hombres artistas las consideraban como iguales. Son cuatro
las mujeres consideradas impresionistas: Berthe Morisot (1841-1895), Mary
Cassatt (1844-1926), Eva Gonzales (1849-1833) y Marie Bracquemond (1840-1916).
En la segunda mitad del
siglo XIX la Academia de Bellas Artes decide aceptar a las mujeres alumnas,
pero sin poder asistir a las clases de desnudo. La llegada del siglo XX altera
el panorama artístico. El acceso a las mujeres a las academias, a los concursos
e incluso a las clases de desnudo se vuelve libre, aunque los perjuicios
siguieron presentes en la sociedad.
Podemos decir que es
necesaria una visita a Paris para conocer las obras antes mencionadas y muchas
más, pero no es necesario ir tan lejos para acercarnos a otras de sus obras. El
museo Soumaya en la ciudad de México alberga una gran cantidad de obras de los
artistas mencionados, tanto hombres como mujeres. Así que no tenemos excusa
para admirar el arte contemporáneo.
“El Ángelus” (1858) de Millet
“El entierro de Ornans” (1849) Courbet
“El desayuno en la hierba” (1863) Manet
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